La pausa motivada por la cifra de inflación de febrero sugiere que el BCR podría optar por mantener su postura cautelosa respecto a la reducción de tasas, hasta que los riesgos vinculados a los choques temporales de oferta y al diferencial de tasas con la FED se disipen por completo.
La decisión del Banco Central de Reserva.
El Banco Central de Reserva está entrando en un período de mayor cautela en cuanto a la flexibilización de su política monetaria. En su último anuncio el pasado jueves 7, la entidad indicó una pausa después de seis meses consecutivos de recortes. Esta decisión anticipa una desaceleración que se prevé se mantenga, incluso a pesar del retorno de la inflación al rango meta. La tasa interanual de inflación aumentó del 3% en enero, el límite superior del rango meta del BCR, al 3.3% en febrero.
“El dato sorprendió al alza, pero no se entiende como un cambio de tendencia. La inflación anual debería converger a niveles cercanos al 2.9% en marzo”, dice Diego Pereira, economista jefe del Cono Sur y Los Andes de JP Morgan.
TASAS DE REFERENCIA DEL BCRP VS INFLACIÓN A 12 MESES.
Fuente: Semana Económica / BCRP.
Durante el año, se espera que la constante fragilidad de la demanda interna continúe ejerciendo presión a la baja sobre la inflación. Según Pereira, la economía ha experimentado un crecimiento notablemente débil en los últimos trimestres, lo que ha resultado en una ausencia de presiones inflacionarias derivadas del comportamiento de la demanda agregada.
Factores que pueden cambiar la tendencia.
Hay ciertos riesgos que podrían ocasionar perturbaciones en la oferta, lo que significa que no se pueden descartar posibles contratiempos en la disminución de la inflación. La principal fuente de presión provendría del sector alimentario, ya que el riesgo climático aún no se ha disipado por completo. Esto se evidencia en el dato de inflación de febrero (0.56%), que superó significativamente el incremento esperado por el consenso de Bloomberg (0.20%).
Posibles riesgos al alza en los precios de los combustibles también podrían generar nuevos aumentos. Esto se debe a la situación geopolítica actual y a la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios (OPEP+) de prolongar los recortes voluntarios en la producción de petróleo hasta el segundo trimestre de 2024.
“No es posible anticipar choques de oferta como se vio en febrero. De momento no se anticipa que el precio del petróleo tenga una subida fuerte, pero siempre es posible que haya saltos en su precio. Si se mantiene en sus niveles actuales, deberían continuar la tendencia a la baja de la inflación”, señala Eduardo A. Jiménez Sánchez, jefe del Sistema de Información de Macroconsult.
Esta coyuntura aumentaría la prudencia del Banco Central de Reserva en cuanto a la magnitud y la frecuencia de los recortes de tasas. Las reducciones seguirían siendo moderadas y podrían no producirse de manera consecutiva, hasta alcanzar el nivel de tasas proyectado por el mercado para finales de 2024. Esto dependerá de cómo evolucionen los choques temporales de oferta y el diferencial de tasas con respecto a la Reserva Federal.
Fuente: Semana Económica.