Después de haber mantenido su nivel histórico mínimo de 0,25% desde abril del 2020; el Banco Central de Reserva decidió moderar su política expansiva aumentando la tasa de interés de referencia a 0.50%, como medida para controlar la tasa de inflación. Es decir, evitar que el precio de los bienes y servicios suban o bajen descontroladamente.
Para ello, se toman en cuenta dos indicadores: La inflación misma, que nos indica el alza en el precio de los productos en la canasta básica; y las expectativas de inflación, que es un estimado por parte de los agentes económicos del país sobre cuánto puede llegar a subir la variación de precios.
Con esta decisión, el ente emisor asegura minimizar las expectativas de inflación, por lo cual se podría comenzar a observar un impacto en los precios de los productos a partir del próximo semestre.
Pero… ¿Qué impacto tendría esta decisión en las empresas y el tipo de cambio?
El incremento de la tasa puede presionar a que el dólar baje un poco o no siga con una tendencia de alza, gracias al capital extranjero que venga al país buscando una tasa mayor de rendimiento. Sin embargo, esto podría encarecer levemente el costo del crédito en el corto plazo, principalmente para las grandes empresas y clientes corporativos.
Ante esto, el Banco Central de Reserva recalcó que todas las acciones tomadas están alineadas a su compromiso por sostener el sistema de pagos y el flujo de créditos de la economía.
Los expertos Firbid creen que, en el caso de este último, el aumento de la tasa no generaría un incremento significativo en el costo de financiamiento, por lo que las empresas podrían seguir prestándose dinero sin riesgo de un mayor gasto en intereses. Sin embargo, advierten que, si la incertidumbre política sigue o aumenta, las medidas tomadas por el BCR no tendrían los efectos deseados.