Según los expertos, se espera que, en los próximos años, el mercado global mantendrá una creciente demanda de petróleo, pero hacia el final de esta década, esta tendencia cambiará a medida que las energías renovables ganen protagonismo frente a los combustibles fósiles. Hasta que este cambio suceda, el petróleo seguirá siendo un impulsor clave de la economía mundial. Dentro de este escenario, la Agencia Internacional de Energía (AIE) proyecta un aumento de aproximadamente 5.8 millones de barriles diarios en la producción petrolera mundial para el año 2028, y casi una cuarta parte de ese incremento provendrá de países latinoamericanos.
Brasil, Guyana y en menor medida, Argentina, tres países están liderando un nuevo capítulo en la producción petrolera de América Latina.
Guyana, el país pobre que será rico.
En el año 2015, ExxonMobil, la compañía petrolera estadounidense, hizo el primer descubrimiento de reservas probadas de crudo en las profundidades del Océano Atlántico, estimadas en aproximadamente 11,000 millones de barriles.
Aprovechando la creciente demanda de petróleo en los próximos años, la producción en Guyana está aumentando significativamente y se estima que para el año 2028 podría alcanzar los 1.2 millones de barriles diarios. Si estas proyecciones se materializan, Guyana se convertirá en el país con la mayor producción de barriles por habitante en el mundo, superando a Kuwait.
En ese contexto, Guyana experimentaría una transformación significativa, pasando de ser una nación de bajos recursos a una de gran riqueza, gracias al impresionante crecimiento de su PIB. Durante el año pasado, el PIB de Guyana aumentó en un 57.8%, y se proyecta que este año experimentará un incremento del 37.2%.
Brasil, líder petrolero.
Guyana y Brasil, serán los principales protagonistas del boom petrolero latinoamericano. El descubrimiento de yacimientos presalinos marcó un punto de inflexión en la trayectoria de Brasil, posicionándolo en 2017 como el principal productor de petróleo de América Latina, superando a México, que hasta entonces ostentaba esa posición destacada.
En los últimos seis años, Brasil no ha parado de aumentar su producción de petróleo hasta llegar a los 2,2 millones de barriles en 2022, lo que le ha permitido convertirse en el octavo productor mundial. Tanto Brasil como Guyana tienen una producción de crudo más eficiente y rentable en comparación con otras naciones.
Argentina, proyecciones positivas.
En tercer lugar, está Argentina, que pese a tener una inflación que supera el 100% anual y una crisis de endeudamiento crónica, su producción petrolera ha crecido en los últimos años. En el centro de este avance se encuentra Vaca Muerta, un inmenso yacimiento ubicado en el noroeste del país, que cuenta con las segundas mayores reservas de gas de esquisto y las cuartas en petróleo de esquisto a nivel mundial.
Las perspectivas para el crecimiento de la industria petrolera en el país sudamericano son alentadoras. La AIE prevé que la producción supere los 700,000 barriles diarios este año, mientras que estimaciones de la consultora Rystad Energy indican que podría alcanzar más de un millón de barriles diarios para finales de esta década.
Las proyecciones indican que después de 2030, se espera un declive en la producción petrolera, ya que tanto la producción convencional como la de esquisto se reducirían. Aunque se espera un gran aumento en la producción comercial petrolera durante algunos años, posteriormente se prevé un retorno a niveles más bajos de producción.
Las naciones rezagadas.
En México la producción alcanzó su punto máximo en 2004 y desde entonces se ha reducido aproximadamente a la mitad. Para levantarla, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha intentado impulsar el desarrollo de Pemex, la petrolera estatal, pero hasta ahora no ha logrado conseguir los resultados que se esperaban.
PDVSA, la compañía petrolera estatal de Venezuela, ha experimentado un dramático declive debido a la grave crisis económica y política que atraviesa el país. La producción de petróleo venezolano, principalmente de tipo pesado y denso, ha disminuido significativamente desde 3.4 millones de barriles diarios en 1998 hasta 700,000 barriles diarios en la actualidad.
En el caso de Ecuador, los expertos pronostican una disminución en la producción petrolera, pasando de los 460,000 barriles diarios actuales a 370,000 barriles diarios para el año 2028. Esta reducción tendría un impacto significativo en el país, ya que su economía depende más de los ingresos provenientes del petróleo que cualquier otro país en América Latina.
Y Colombia se está moviendo en otra dirección. El gobierno del presidente Gustavo Petro planea avanzar en la transición energética del país, disminuyendo gradualmente la producción petrolera.
Fuente: BBC News.