La banca abierta o open banking es una de las primordiales tendencias globales que se promueven en la zona financiero, debido a que se conoce como el futuro de las finanzas personales con la que tendrás la posibilidad de conectar de forma directa y automática con múltiples entidades bancarias sin restricciones.
La preparación del sistema financiero al nuevo ámbito del Open Banking, donde los datos de los consumidores han de ser compartidos con terceros y se eliminan intermediarios de ciertos servicios de los bancos, no está absuelta de dudas.
Una de ellas son las circunstancias en las que los bancos deberán ofrecer ingreso a las cuentas a terceros y decidir el límite de información que tienen que facilitar. Además, el hecho de que las entidades y proveedores externos traten con datos financieros y individuales confidenciales, involucra el peligro de que alguien logre hacer un mal uso de la información.
En este marco se establece que la información de los consumidores bancarios les forma parte de ellos y no a las entidades, y que por ello la banca debe permitir la entrada de terceros a sus sistemas, con el consentimiento constante de los consumidores. Dichas organizaciones, que no son precisamente deben ser del sector financiero, tienen la posibilidad de entrar a los datos y la conducta financiero de sus usuarios luego de que les autoricen expresamente.
¿Entonces qué se requiere para tener Open Banking?
Para hacer todo lo mencionado viable, los bancos permanecen activando un sistema tecnológico por medio de la utilización de APIs abiertas a terceros.
Con una regulación de Open Banking, los bancos se transforman en plataformas de servicios financieros, implementadas por medio de un criterio de Banca como Servicio con integraciones vía API. En la zona latinoamericana, diferentes territorios han avanzado con esta clase de regulaciones, como:
Argentina: Carece de regulación concreta sobre el open banking. En septiembre de 2019, fuentes del Banco Central de la República Argentina (BCRA) declararon: “Tenemos claro que es una tendencia mundial. Por esa razón estamos mirando detenidamente las vivencias de todo el mundo y poseemos bajo análisis el asunto para tomar definiciones en el corto plazo”. A partir de entonces hasta hoy, en abril de 2020, esta entidad pública no ha comunicado de ni una novedad al respecto.
Brasil: En mayo de 2019, el Banco Central do Brasil divulgó los requisitos para la aplicación del open banking. Este organismo menciona que en una primera fase los bancos deberán compartir: Productos y servicios ofrecidos, datos de los consumidores, datos transaccionales del comprador y servicios de pago. El proceso de transición aún sigue en ejecución.
Colombia: Si bien carece de una regulación específica oficial, se han modificado varias leyes y reglas, que simplifican y digitalizan la contratación de ciertos productos de ahorro. En 2019 Colombia firmó un pacto para el desarrollo de banca abierta en Colombia junto a Open Vector, impulsores del Open Banking en Reino Unido.
¿Y cómo está el desarrollo de banca abierta en Perú?
Perú carece de una regulación específica y está bastante rezagado en cuanto al despliegue del open banking, pues hasta el momento con existe ni una ley o regulación específica para el desarrollo de este nuevo marco de los mercados financieros.
No obstante, pese a que en la situación peruanos el régimen no ha tenido un desarrollo en la regulación de Open Banking, en la práctica ya está compartiendo datos ya hace varios años, algo que no es común en otros territorios del territorio. Realmente, todos los meses los bancos y entidades financieras reguladas informan sobre el caso crediticia de sus consumidores a la Superintendencia de Banca, quien paralelamente emite mensualmente el Reporte Crediticio Consolidado (RCC) que lo entrega de forma consolidada a cada una de las entidades reguladas.
A pesar de que Perú no cuenta con una regulación específica para Open Banking existe evidencia de que el Banco Central de Reserva (BCR) y la Superintendencia de Banca y Seguros del Perú (SBS) están trabajando en conjunto para crear una normativa que regule y establezca el funcionamiento de la banca abierta en el Perú, sin embargo, deberá analizada por el Congreso para su aprobación e implementación.