El retiro de Moscú del acuerdo que garantizaba la exportación segura de cereales de Ucrania ha generado incertidumbre sobre cómo esta medida afectará tanto la economía como el problema del hambre a nivel mundial.
Retirada de Rusia del acuerdo.
Rusia anunció el 17 de julio su retiro del crucial acuerdo que permitía la exportación segura de cereales ucranianos, decisión que vino acompañada un día después con un bombardeo y nuevas amenazas. El 18 de julio, Rusia llevó a cabo un ataque con misiles y drones explosivos contra el puerto ucraniano de Odesa, que servía como punto de salida para la exportación de grano de Kiev. Además, Rusia advirtió sobre los riesgos que implica para Ucrania continuar exportando a través del mar Negro sin el consentimiento de Moscú.
Antes del anuncio de Moscú, la Iniciativa del Mar Negro, firmada en julio de 2022 con la mediación de la ONU y Turquía, aseguraba la libre navegación marítima y eliminaba las restricciones al corredor humanitario en esa área. El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, declaró que el fin del acuerdo implica la falta de seguridad en la navegación marítima y explicó que su país suspendió el pacto debido a diversas razones, entre ellas, la imposibilidad de exportar cereales y fertilizantes, el bloqueo de los pagos bancarios y la congelación de activos en el extranjero.
Pese al retorno del riesgo de bombardeos y minas en el mar Negro, Ucrania ha expresado su intención de seguir exportando sus cereales por dicho mar, con o sin el acuerdo de Moscú.
Hambre y pobreza.
Tanto Ucrania como la ONU y las naciones occidentales, que condenaron la acción de Rusia, hicieron hincapié en que la suspensión del acuerdo resultaría en un incremento del hambre, especialmente en las regiones más desfavorecidas del mundo. De hecho, el objetivo del pacto entre Kiev y Moscú era prevenir una crisis alimentaria global causada por el conflicto, ya que ambas naciones se encuentran entre los principales exportadores de cereales a nivel mundial.
Gracias a este acuerdo, se logró exportar más de 30 millones de toneladas de grano ucraniano en el año 2022, principalmente maíz y trigo, lo que contribuyó a mantener la estabilidad en los precios globales de los alimentos y a evitar una crisis de inseguridad alimentaria de mayor magnitud.
Por ello, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que millones de personas tendrán que “pagar el precio” de la decisión de Rusia, especialmente “las personas más pobres en todo el mundo”.
El analista internacional Roberto Heimovits dice que “podría haber un impacto serio. En los últimos meses en la UE, la inflación de alimentos ha superado a la inflación del componente de energía, entonces podríamos ver que una subida en los precios de los alimentos como consecuencia de este bloqueo ruso podría dificultar la lucha contra la inflación, forzar a que los bancos centrales sigan subiendo sus tasas de interés, lo que a su vez desaceleraría la actividad económica y puede haber zonas especialmente vulnerables, como los países del este de África, donde desgraciadamente podría generarse hambruna”.
Fuente: Diario El Comercio.