La alianza de naciones en desarrollo sumará a seis nuevos miembros a partir del 1 de enero de 2024, elevando el total de países miembros a 11. Estos nuevos integrantes incluyen a Arabia Saudita, Irán, Egipto, Argentina, Etiopía y los Emiratos Árabes Unidos.
Esta reciente maniobra sugiere transformaciones en el equilibrio global de poder después de la invasión de Ucrania por parte de Rusia y en un contexto de crecientes tensiones entre Estados Unidos y China. Con estas nuevas adiciones, se consolida un bloque económico y político que se posiciona frente al gigante norteamericano, fortaleciendo la noción general de un deterioro en las relaciones de estos países con Estados Unidos. Un indicio destacado de esto es la inclusión de Arabia Saudí, que hasta entonces había mantenido a Estados Unidos como su principal aliado histórico en Oriente Medio.
Una potencia económica y geopolítica.
La combinación de los cinco actuales miembros de los BRICS representa más del 40% de la población mundial, alrededor de 3.200 millones de personas. Con las nuevas adiciones, los 11 países representarán más del 45% de la población global, añadiendo 390 millones de habitantes. En términos de PIB nominal, la asociación pasaría de 27,5 billones de dólares a más de 30,5 billones. Además, estos países proveen más del 45% del petróleo a nivel mundial. La inclusión de los seis nuevos miembros prácticamente duplica la cuota de producción mundial, lo que va en detrimento de los intereses de Estados Unidos y la Unión Europea.
Estos números evidencian la influencia de este grupo de países. El bloque que surge como alternativa a occidente tendrá la capacidad de perturbar los mercados y de ejercer una fuerte influencia, incluso controlando muchas de las decisiones económicas y comerciales en diversos países.
Una alianza con escaso efecto internacional.
Los BRICS han intentado proporcionar una alternativa a los sistemas financieros y políticos convencionales que son predominantes en occidente. Uno de sus logros destacados es la creación del Nuevo Banco de Desarrollo o banco BRICS, una institución financiera de desarrollo multilateral que cuenta con 50.000 millones de dólares en capital comprometido para financiar proyectos de infraestructura y relacionados con el clima en naciones en desarrollo. Este banco, cuyos accionistas incluyen a los miembros de BRICS, así como a Bangladesh, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos, ha aprobado más de 30.000 millones de dólares en préstamos desde su fundación en 2015. En contraste, el Banco Mundial comprometió más de 100 mil millones de dólares en 2022.
Una amenaza latente para occidente.
El bloque BRICS está amplificando su desafío a la supremacía de Estados Unidos como potencia líder a nivel global. Esto implica contrarrestar el uso de sanciones por parte de occidente contra Rusia y, aún más significativo, buscar debilitar la predominancia del dólar como moneda de referencia en las transacciones internacionales. Además, este grupo está dando forma a una nueva dinámica en el panorama de la industria energética a nivel mundial.
En este contexto, EE.UU. tendrá que replantearse su política exterior en relación con Oriente Medio y la región Indo-Pacífica, debido a la probabilidad de que una nueva oleada de países sea aceptada en el núcleo del Sur Global en un futuro próximo.
Si bien es cierto, Estados Unidos ha visto la disminución de su papel hegemónico en el mundo tras las recientes confrontaciones con China y el papel geopolítico del grupo BRICS; esto no representa una amenaza para el dólar, por el momento. Las intenciones de crear una nueva moneda que desplace al dólar en el comercio internacional están muy lejos de lo previsto, considerando que el grupo BRICS promueve esta decisión y que los países miembros tienen problemas económicos urgentes que resolver. La decisión de admitir a otros países miembros es, sobre todo, una cuestión geopolítica que cambiará el panorama internacional.
Fuente: DirigentesDigital & Atalayar.