Ante la próxima toma de mando de Pedro Castillo y su equipo tras la segunda vuelta electoral, todavía hay dudas que aclarar sobre cómo será su gobierno. Debido a la falta de comunicación, no se tiene una idea clara de las políticas que se tomarán, ni de las primeras acciones que se harán tras asumir el mando. Y por lo tanto factores como el tipo de cambio del dólar y las perspectivas de inversión están en duda constante.
El primer paso será la conformación del gabinete Castillo. Diversas fuentes han señalado en los últimos días que Pedro Francke es quien tiene más opciones para ser nombrado ministro de Economía. En cuanto al resto del gabinete, se espera que sea “un gabinete bisagra, técnico y político, que priorizará el tema económico y las demandas sociales”, de acuerdo a América Economía.
Otro factor a favor será el alza de los precios de los metales a nivel internacional, que se espera, permita al nuevo gobierno realizar reformas y satisfacer demandas manteniendo la estabilidad económica. El pedido público a Julio Velarde para permanecer al frente del Banco Central de Reserva, también es una señal positiva para los primeros días de gobierno.
Finalmente, se sabe que Francke y otros miembros del equipo técnico de Perú Libre se han reunido con gremios de empresarios, así como representantes de diversas instancias de la sociedad civil, y es aquí donde se ha transmitido estos lineamientos generales para los inicios del nuevo gobierno.
Economía a largo plazo
Por otro lado, todavía hay incertidumbre sobre cómo se llevarán a cabo las políticas económicas y fiscales a largo plazo. Un punto álgido es la insistencia en buscar una Asamblea Constituyente, para redactar una nueva Constitución. Aun si se lograra esta Asamblea Constituyente sin mayores sobresaltos políticos, lo cual ya es complicado, sería agregar más incertidumbre sobre qué políticas fiscales se adoptarían en ese documento.
Otros puntos a considerar incluyen los que se mostraron en el documento “Perú al Bicentenario”, presentado durante la segunda vuelta. Este habla de una economía mixta en el mediano plazo, es decir, donde las empresas privadas y el mercado definen los recursos, pero el Estado tiene un mayor poder de fiscalización. Esto, a diferencia del ideario de la primera vuelta, que hablaba de economía popular de mercados, donde es el Estado el que regula las operaciones del mercado, apuesta por la producción interna e impulsa al Estado a crear empresa y competir con el sector privado.
Entre las medidas que se tienen está el fortalecer el rol regulador del Estado, regular monopolios y oligopolios con más fuerza, y reconocer al empresariado nacional. Para la reactivación económica se dará mayor impulso a las obras públicas y facilitar el acceso a crédito a los negocios más vulnerables, especialmente a las Pymes. Finalmente, se buscará recaudar más impuestos a empresas mineras e industrias extractivas.
Dependiendo de la capacidad técnica del futuro gabinete, estas medidas brindarán la reactivación económica necesaria, acompañadas del creciente precio de los minerales. Esto debería traer una estabilidad en el precio del dólar y las expectativas de inversión a mediano plazo, siempre que a largo plazo se puedan conciliar otras reformas que se busquen hacer.